​La insuficiencia renal crónica es una enfermedad progresiva con múltiples causas que degenera en fallo renal terminal, cuya consecuencia es la pérdida irreversible de la
función renal, de manera que el paciente depende de forma permanente del tratamiento renal sustitutivo. Afecta sobre todo a la población de edad más avanzada, por lo que son admitidas a tratamiento personas cada vez con mayor edad. La decisión
de los nefrólogos respecto al momento de iniciar la diálisis suele basarse en una combinación de síntomas urémicos, de parámetros de laboratorio, y de factores individuales. La mayoría de las guías de práctica clínica recomiendan el inicio de la diálisis cuando la función renal cae por debajo de 15 o 10 ml/min y hay presencia de
uremia o malnutrición, y en cualquier caso, de forma inmediata cuando la función renal es menor de 6 ml/min, aunque en la actualidad no existe un criterio objetivo y uniforme sobre el momento óptimo de iniciar el tratamiento renal sustitutivo.

El objetivo es analizar la influencia del momento del inicio de la diálisis en la morbilidad y mortalidad de los pacientes con insuficiencia renal crónica durante los primeros años de diálisis basándose en la función renal residual, así como valorar la influencia del inicio de la diálisis en la calidad de vida del paciente.