Los nódulos tiroideos (NT) afectan a más del 50 % de las personas sanas. En su mayoría son  benignos, no producen síntomas  y no necesitan tratamiento. Sin embargo, algunos pueden crecer sin control y producir dolor, ronquera, dificultad para respirar y/o alteraciones estéticas que hacen necesario su tratamiento. Actualmente, la cirugía se considera el tratamiento de elección, pero requiere anestesia general y no está exenta de riesgos. En pacientes de alto riesgo quirúrgico o en aquellos que rechazan la cirugía, se proponen alternativas menos invasivas como la ablación térmica guiada por imagen, cuyo objetivo consiste en reducir el volumen del NT y mejorar la sintomatología local y estética. Entre ellos se encuentran la ablación por láser (LA) y la ablación por radiofrecuencia (RF), cuyo balance beneficio/riesgo, carácter ambulatorio y rápida recuperación  parece favorecer su utilización.

 Tras evaluar de forma comparada la seguridad y efectividad de la ablación térmica LA y RF, se concluye que ambas técnicas son eficaces y seguras para el tratamiento de los NT benignos, sólidos y sintomáticos. Reducen el volumen del NT de forma progresiva durante el primer año y se observa un crecimiento parcial a partir del tercero en algunos pacientes. Esta reducción mejora de forma importante la sintomatología cervical y las alteraciones estéticas. Ambas técnicas presentan un alto grado de tolerancia y satisfacción por parte de los pacientes y se consideran altamente dependientes de la experiencia del operador. Se pueden considerar una alternativa de tratamiento mínimamente invasiva en aquellos pacientes que rehúsan la cirugía o que presentan alto riesgo quirúrgico y no suponen una limitación para posteriores tratamientos. Sin embargo, son necesarios estudios de alta calidad y seguimiento, que ayuden a aclara las incertidumbres existentes, especialmente en el caso de la ablación LA donde la evidencia es más limitada.